martes, 8 de febrero de 2011

Tengo mi regalo de cumpleaños sobre la mesa rota. Es un libro, el libro que quería desde hace un tiempo. Lo tengo abierto por la primera pagina, y de hecho empecé a leer, pero hay algo que no me deja muy tranquila. Necesito escribir, aunque sea solo por diez minutos. Escribiendo solo consigo, que las demás personas vean como me siento día a día. Y escribir es la única manera de la que me puedo expresar. Explicar mi ingenuo ánimo tan bipolar que tengo. Hoy quizás quería empezar con buen pie. Pero me levanté con el izquierdo. Supongo que levantarse con uno u otro es como si fueran dos historias, y tu eliges sin saber lo que va a pasar durante el día. No se si comenzar una etapa nueva. Una etapa de veinteañera. Me gustaría poder mirar la vida con otros ojos, ya que veo que interiormente me hago mas mayor y adulta. Ahora mismo me siento indecisa en muchas cosas. Hace un par de horas solo me daban ganas de sonreirle a la vida, y de enseñarla que yo no me quiero hundir por lo mas mínimo. Quiero aprender a ser fuerte, y a aplicarme el dicho de "en todos los caminos hay baches". Pues este camino tiene muchos, y unas veces siento que por un solo bache, todo el camino puede estar llovido, con barro que no me dejará pasar o nubes negras que no me dejaran ver mas allá de la oscuridad. Por ahora solo el sol delata mi buen humor. El hecho de que me levante al comenzar un nuevo día y ver el sol como brilla en mi cara, es un buen método para mi autoestima. Aunque a veces no siempre funcione, cuento con ello. Hoy descubrí muchas cosas. He descubierto que mirar hacia el sol no es tan malo. Porque si se mira con buenos ojos puedes hacer que el mundo vaya mejor. He descubierto que puedo cantar en un campo desierto, me quita una pequeña parte de mis fobias cuando lo hago. Y también he descubierto, que tocando la guitarra desactivo algunos puntos del miedo que mayormente suelo tener en alerta cada vez que visualizo la calle. Y bueno, hoy es mi cumpleaños, he tenido un buen regalo. La recuperación y el regreso del hospital de mi madre, y el libro tan deseado. Esto es todo, pero no quiero nada mas. Solo deseo paz, amor, tranquilidad, y sobre todo mucha paciencia, para poder disfrutar de mis buenos actos. Gracias a todos los que me felicitaron.

martes, 1 de febrero de 2011

AMOR.


Por ese amor que da todo por nosotros. Tengo muchas cosas que escribir y que expresar, siempre puede ser tarde, pero me he dado cuenta de que muchas cosas no entienden de tiempos, lo que importa es que se sea constante de ello. Escribo esto para todo ese amor que reluce más el oro, un amor especial. Muchos que ni si quiera saben valorarlo. Es bonito crecer teniendo un sueño por cumplir, y centrarse en él sin preocuparse de quien nos lo pueda estropear, o quitarnos las ganas de seguir intentándolo. De hoy en día, yo soy una persona con una enfermedad mental, pero no carezco de sueños. Tampoco de deseos. Y cada día de mi vida que me levanto, siempre tengo a una persona al lado, que si ve que yo recaigo por falta de ánimo, ella está siempre ahí, para ayudarme hasta en el silencio y en la mente. Nunca hacían falta palabras, pues ella es demasiado fuerte, y con sólo mirarla ya tomaba ejemplo. Parece que ella me dio los ojos apropósito para que yo pueda ver como afrontaba muchos de los problemas tan duros que pasamos. Hasta el día de hoy, siempre la he querido, es parte de mi vida, y no puedo imaginarme una vida sin ella. Sin su amor. El amor que me hace tener vida propia. Ese amor solo puede ser el de una madre. El de ella, mi madre. Jamás he querido a nadie como a ella, y agradezco que me haya dado vida. Con sus bellas manos maneja una hilera de finísimos hilos, los cuales van hacia mis articulaciones, mi vida. Se encargan siempre de guiarme por el camino más correcto. Y si algo me ofende o me molesta, inmediatamente me cubre con las manos. Ella misma me protege. Ella y su amor tan inmenso como el oscuro universo, son la razón de mi existir.
Siento haber sido tan niña a veces, siento haberte hecho daño en ocasiones que no te merecías. Y Siento muchísimo haberte hecho llorar con los jueguitos de mi propia adolescencia. Aún soy adolescente, pero sé valorarte. Te necesito a ti en este mundo tan cruel, ¿quien sino me va a ayudar a escoger las mejores decisiones para mí? Las marionetas no caminamos solas mamá. Soy un proyecto tuyo, no cortes esos hilos, y quédate para siempre conmigo por favor.

Cuando los tiempos son malos, me doy cuenta de que una madre es esencial en la vida. Es la maestra más sabia de la vida. El amor de una madre, es totalmente infinito, es un regalo que nos dan sin merecerlo, sin hacer acciones buenas. Sólo hay que aprender a valorarlo, y se vive más feliz.

Esto, es algo muy personal. Aquí lo dejo, ella me está ayudando constantemente en mis peores momentos, sin recibir nada a cambio. Me encantaría poder hacer algo para agradecerla todo, pero no hay precio para eso. Se merecería todo el universo entero, y yo si pudiera cogerlo y guardarlo en una pequeña cajita para dárselo, lo haría encantada.

Te quiero demasiado mamu.