Y lo único que hago antes de acostarme es posar las gafas sobre mi mesa de noche y pensar. Me duermo sin ver todo con claridad. Me acuesto pensando, en que mañana todo puede ser diferente. Todo puede cambiar mucho, y puedo llegar a odiarme por lo que soy en el día de hoy. Así es. Me odio. Porque no quiero ser como soy, quiero ser.. diferente. Ser otra persona. Ser realmente diferente. Quizás hay cosas que me las merezco. Pero por muchas veces que creo que mañana voy a cambiar, no es cierto. No lo voy a hacer. Se me hace terriblemente difícil, incluso imposible. Y es verdad lo que dicen. "No puedes querer a los demás sin quererte a ti mismo". No sé todavía por qué estoy aquí, ni sé cual es mi destino. No sé ni siquiera por qué recibo cosas que no quiero que sean mías. Es un infierno estar donde no quieres estar, y hacer lo que no quieres hacer.
Algo más. Soy simplemente eso, algo más. No soy nada ni nadie.