lunes, 10 de diciembre de 2012

Recuperación.

No echo nada de menos de mi vida, quizá lo tiré todo por la borda tratando de recuperar quien soy.
Cuando eres agorafóbico, empiezas a perder poco a poco la personalidad, eres como un cuerpo funcionando por pilas, como un libro que tiene el final trágico  o una hoja en blanco que nunca ha sido manchada por tinta. Cuando me cansé de esperar aquello llamado "recuperación", es cuando te das cuenta de que vives en una mentira. Que la recuperación no viene sola y que estas haciendo el inútil con la mirada perdida sentado en un sofá cada día, en el cual tal vez lloras como mínimo cada tres noches por sentirte encarcelado.
Pues cuando yo me di cuenta de cuantas cosas estaba desperdiciando en la vida, fue cuando pensé en invitar yo misma a la llamada recuperación para que me ayudara. Y también pensé en cuantas cosas malas y algunas pocas buenas podía perder con el cambio de vida.

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