sábado, 29 de diciembre de 2012
Te odio.
He estado parada donde me dejaste,
rezando por que vengas y me recojas.
Pero ahora he encontrado mi segundo aire
ahora he encontrado mi segunda piel.
Bueno, sé lo que has estado pensando...
Pensaste que me verías desaparecer
cuando me rompiste en pedazos...
Pero le di a cada pieza un nombre.
Una de mi es más sabia...
Una de mi es más fuerte...
Una de mi es una luchadora,
y hay mil caras de mí.
Y vamos a levantarnos,
sí, vamos a levantarnos,
por cada vez que me hiciste trizas...
Bueno, vas a enfrentar un ejército de mí,
ejército de mí.
jueves, 20 de diciembre de 2012
Cientos de cosas más, y mi trabajo.
Quizás entendí que era hora de hacer borrón y cuenta nueva. Quizás he podido pensar en que ese fuera mi destino.
Mirar tan solo por unas vendas que tapaban mis ojos era difícil de decidir. Ni siquiera mirándome al espejo podía criticar mi estado de animo. Ni juzgarme por mi apariencia. Ese era mi castigo eterno que duraría toda una vida.
Trabajo continuamente sobre mí misma. Es irónico, ¿entendéis? Quiero decir... No trabajo para un grande empresario, ni para ayudar a los demás en la medicina, tampoco hago proyectos... Mi trabajo es yo misma. Me reparo siempre que puedo, me estropeo y me vuelvo a reparar, y así cientos de veces más. Trabajo para mi autoestima, sí. Definitivamente ella es mi jefa. Soy mi propio trabajo.
Pienso que aquellas personas que trabajan día y noche en sus luchas internas interpretando el papel de "guerreros", como yo lo llamo, deberíamos de merecer un diploma. Somos los que más aguantamos. Aguantamos los problemas de los demás, más los nuestros. Aguantamos las exigencias de los demás, más las nuestras. Aguantamos la presión de los demás, más las nuestras... Y así miles de cosas más.
Esta claro que esto no es una broma, pero muchas veces deseas que fuera así. Deseas que cuando pongas un pie en el suelo nada más levantarte, ese sea el derecho. Y que todo haya sido una terrible pesadilla en la cual te sentías preso de tus emociones y caías en las garras de una casa maligna que te tenía atrapado.. ¿cuántos? otros cientos de años más...
Hablaré sobre los ojos, si... porque considero que tengo cientos de ojos más. No dos, si no ¡¡¡CIENTOS!!! Veo el futuro de otra manera, no como he de verlo. Considero que lo que puede pasar, por poco que me guste, pasará. Veo a mis miedos alrededor de mí como si fueran personas transparentes y oscuras, que se divierten susurrándome al oído cosas que no me gustan, me repiten una y otra vez todas esas cosas a las que tanto miedo tengo. Y si tengo algo más de imaginación, sé que les escucharía reírse de mí, pero no me atrevo a prestarles atención. No importa lo que haga, siempre van conmigo. Cuando yo camino, ellos caminan. Cuando yo escucho música, ellos también lo hacen. Y cuando deseo con todas mis fuerzas interiores que algo me salga bien, ellos evitan que sea así. En fin, habrá que hacerse amigo de los enemigos, o eso dicen.
Mirar tan solo por unas vendas que tapaban mis ojos era difícil de decidir. Ni siquiera mirándome al espejo podía criticar mi estado de animo. Ni juzgarme por mi apariencia. Ese era mi castigo eterno que duraría toda una vida.
Trabajo continuamente sobre mí misma. Es irónico, ¿entendéis? Quiero decir... No trabajo para un grande empresario, ni para ayudar a los demás en la medicina, tampoco hago proyectos... Mi trabajo es yo misma. Me reparo siempre que puedo, me estropeo y me vuelvo a reparar, y así cientos de veces más. Trabajo para mi autoestima, sí. Definitivamente ella es mi jefa. Soy mi propio trabajo.
Pienso que aquellas personas que trabajan día y noche en sus luchas internas interpretando el papel de "guerreros", como yo lo llamo, deberíamos de merecer un diploma. Somos los que más aguantamos. Aguantamos los problemas de los demás, más los nuestros. Aguantamos las exigencias de los demás, más las nuestras. Aguantamos la presión de los demás, más las nuestras... Y así miles de cosas más.
Esta claro que esto no es una broma, pero muchas veces deseas que fuera así. Deseas que cuando pongas un pie en el suelo nada más levantarte, ese sea el derecho. Y que todo haya sido una terrible pesadilla en la cual te sentías preso de tus emociones y caías en las garras de una casa maligna que te tenía atrapado.. ¿cuántos? otros cientos de años más...
Hablaré sobre los ojos, si... porque considero que tengo cientos de ojos más. No dos, si no ¡¡¡CIENTOS!!! Veo el futuro de otra manera, no como he de verlo. Considero que lo que puede pasar, por poco que me guste, pasará. Veo a mis miedos alrededor de mí como si fueran personas transparentes y oscuras, que se divierten susurrándome al oído cosas que no me gustan, me repiten una y otra vez todas esas cosas a las que tanto miedo tengo. Y si tengo algo más de imaginación, sé que les escucharía reírse de mí, pero no me atrevo a prestarles atención. No importa lo que haga, siempre van conmigo. Cuando yo camino, ellos caminan. Cuando yo escucho música, ellos también lo hacen. Y cuando deseo con todas mis fuerzas interiores que algo me salga bien, ellos evitan que sea así. En fin, habrá que hacerse amigo de los enemigos, o eso dicen.
martes, 18 de diciembre de 2012
Escarmiento.
En navidad miro a mi alrededor, miro a la gente que está sola y desamparada cenando el día de noche buena viendo el peor programa de televisión, sin nadie al lado con quién comentarlo. Pienso en una persona, y realmente me doy cuenta, de que él también está pasando las navidades así. Unos por no merecérselo, y otros simplemente porque no tienen familia. Él es de esas ambas razones. No deseo el mal a nadie, pues espero que le sean divertidas estas navidades, y que lo pase lo mejor posible, ya que todo acabó para él. Me siento bendecida por tener la familia que tengo, y sobretodo, de no cenar sola en estas fechas tan señaladas.
Porque creo que las cosas se labran solas en la vida dependiendo de como seas. Yo, me he labrado el estar con la familia que más amo, y el estar orgullosa de que ya no pertenezcas a ella. <3 Que te sirva de escarmiento.
lunes, 10 de diciembre de 2012
Recuperación.
No echo nada de menos de mi vida, quizá lo tiré todo por la borda tratando de recuperar quien soy.
Cuando eres agorafóbico, empiezas a perder poco a poco la personalidad, eres como un cuerpo funcionando por pilas, como un libro que tiene el final trágico o una hoja en blanco que nunca ha sido manchada por tinta. Cuando me cansé de esperar aquello llamado "recuperación", es cuando te das cuenta de que vives en una mentira. Que la recuperación no viene sola y que estas haciendo el inútil con la mirada perdida sentado en un sofá cada día, en el cual tal vez lloras como mínimo cada tres noches por sentirte encarcelado.
Pues cuando yo me di cuenta de cuantas cosas estaba desperdiciando en la vida, fue cuando pensé en invitar yo misma a la llamada recuperación para que me ayudara. Y también pensé en cuantas cosas malas y algunas pocas buenas podía perder con el cambio de vida.
Cuando eres agorafóbico, empiezas a perder poco a poco la personalidad, eres como un cuerpo funcionando por pilas, como un libro que tiene el final trágico o una hoja en blanco que nunca ha sido manchada por tinta. Cuando me cansé de esperar aquello llamado "recuperación", es cuando te das cuenta de que vives en una mentira. Que la recuperación no viene sola y que estas haciendo el inútil con la mirada perdida sentado en un sofá cada día, en el cual tal vez lloras como mínimo cada tres noches por sentirte encarcelado.
Pues cuando yo me di cuenta de cuantas cosas estaba desperdiciando en la vida, fue cuando pensé en invitar yo misma a la llamada recuperación para que me ayudara. Y también pensé en cuantas cosas malas y algunas pocas buenas podía perder con el cambio de vida.
lunes, 3 de diciembre de 2012
sábado, 6 de octubre de 2012
Odio, y nada más.
Y lo único que hago antes de acostarme es posar las gafas sobre mi mesa de noche y pensar. Me duermo sin ver todo con claridad. Me acuesto pensando, en que mañana todo puede ser diferente. Todo puede cambiar mucho, y puedo llegar a odiarme por lo que soy en el día de hoy. Así es. Me odio. Porque no quiero ser como soy, quiero ser.. diferente. Ser otra persona. Ser realmente diferente. Quizás hay cosas que me las merezco. Pero por muchas veces que creo que mañana voy a cambiar, no es cierto. No lo voy a hacer. Se me hace terriblemente difícil, incluso imposible. Y es verdad lo que dicen. "No puedes querer a los demás sin quererte a ti mismo". No sé todavía por qué estoy aquí, ni sé cual es mi destino. No sé ni siquiera por qué recibo cosas que no quiero que sean mías. Es un infierno estar donde no quieres estar, y hacer lo que no quieres hacer.
Algo más. Soy simplemente eso, algo más. No soy nada ni nadie.
Algo más. Soy simplemente eso, algo más. No soy nada ni nadie.
viernes, 3 de agosto de 2012
La ansiedad -Parte 4- Cómo llegamos a quedar mentalmente atrapados.
El libro explica esta parte algo divertida y metafóricamente hablando para que no sea tan pesada, y se pueda entender. Si aún no lo entiende, siga leyendo, más abajo se explica mejor.
En nuestra experiencia cotidiana, buscaremos preguntas amenazas para nuestra supervivencia con una lente de aumento llamada pensamiento "o-o". Trataremos de ver amenazas en el futuro con un telescopio potente llamado pensamiento "y-si" Cuando nos veamos forzados por las circunstancias a actuar o elegir, lo haremos únicamente después de habernos puesto nuestras gafas de sol "tengo-que". Cuando nos cansemos de pelear con las amenazas que podemos encontrar, en gran medida imaginarias, tal vez tratemos de vernos a nosotros mismos y a nuestra situación en el espejo distorsionante del pensamiento "si-hubiera".
Está de más decir que cuando nuestra mente está llena de estos espejos y lentes distorsionantes, rara vez encontraremos tiempo para detenernos a admirar el paisaje con nuestros ojos. Estamos demasiado ocupados buscando amenazas (al alcance de la mano o en el horizonte) o tratando de encontrar a alguien o algo responsable de nuestra angustia y nuestro sufrimiento crónicos.
Pensamiento "o-o"
La idea que tenemos que estar siempre alertas para evitar que nuestra estructura emocional se derrumbe nos lleva a un error lógico que puede invadir nuestro pensamiento. Este error harto conocido es llamado falacia blanco-o-negro o pensamiento o-o. Por ejemplo:
"¿Mi trabajo es excelente o terriblemente malo?"
"¿Soy una perfecta ama de casa o una inútil total?"
"¿Gano o pierdo?"
"¿Mi día transcurre sin angustias o es otro día espantoso?"
"¿Estás de acuerdo conmigo o estás enojado?"
"¿Mi idea es buena o mala?"
La mente o-o requiere una perfección irreal e inhumana. Lo que realmente pregunta es: "¿Estoy a salvo o esto es una amenaza?". La mínima desviación de la perfección -el mínimo indicio de desinterés, desaprobación o enojo por parte de la otra persona- puede ser interpretada como una señal de peligro.
Es fácil ver que la mente o-o tiende a ver a los demás como fuentes de apoyo emocional o como enemigos y deja muy poco espacio a los puntos de vista ajenos. La mente o-o crea un enfoque del tipo ganar-perder que se aplica a las relaciones interpersonales. Por ejemplo, no contempla la posibilidad de que en una negociación ambas partes ganen o que podamos disfrutar trabajando con compañeros, aun cuando no sean amigos personales.
El pensamiento y-si
El negativismo, el pesimismo y la preocupación son los signos distintos del pensamiento hipotético y-si:
"¿Y si el empleado de la compañía de teléfonos se pone sarcástico conmigo cuando llamo para quejarme de mi factura este mes?"
"¿Y si al coche se le pincha una rueda estando en medio de las montañas?"
"¿Y si la abuela le dice al vecino que suba a la terraza a arreglar la antena del televisor y él se cae?"
"¿Y si me da por echarme a llorar en la reunión?"
Ninguno de estos pensamientos tiene inherentemente nada de bueno o malo. Son simplemente ideas que pueden ocurrírsele a cualquiera. Por otra parte, la persona angustiada no está atenta a la diferencia entre pensamientos y hechos. Reacciona ante esas ideas como si fueran en sí mismas hechos perjudiciales, o por lo menos como si representaran un peligro y un daño casi inevitable.
Para la mente angustiada, atrapada en el pensamiento y-si, cualquier propuesta parece más una oportunidad para perder o fracasar que para avanzar.
Quienes sufren de agorafobia tienen miedo, indefectiblemente, de comportarse de manera tal que resulten humillados o desubicados si viven un episodio de repentina angustia aguda en un lugar publico.
Éste es uno de los miedos que surge de su fuerte tendencia a dejarse llevar por el pensamiento y-si.
Pensamiento tengo-que
En lugar de ver las decisiones como oportunidades de ejercer la libertad, las personas angustiadas las ven como trampas. Pueden llegar, por ejemplo, a concretar la compra de una casa o de un coche sólo cuando se sienten presa de las circunstancias ("Tengo que comprar un coche para ir a trabajar").
El pensamiento tengo-que es una expresión dela necesidad del yo idealizado de obedecer a los deseos o satisfacer las expectativas de los demás:
"Tengo que ir a la universidad porque mi padre así lo quiere."
"Tengo que ir de camping porque mi marido quiere."
"Tengo que quedarme en el restaurante porque ya pedí un sándwich."
"Tengo que aceptar el empleo nuevo porque pagan mejor."
"Tengo que terminar de leer este capítulo antes de leer el capítulo siguiente."
El pensamiento tengo-que nos aparta de la realidad de nuestra libertad y responsabilidad. Coloca el control sobre nuestras vidas fuera de nosotros mismos y crea una fuente constante de frustración y resentimiento.
Pensamiento si-hubiera
Al tratar de remontarnos en el tiempo, la frase arrepentida "si-hubiera" adquiere el lugar de la frase angustiada y-si, aplicada al futuro:
"Si no hubiera sido tan tímido y cohibido."
"Si hubiera podido mirarlos directamente a los ojos y decirles lo que pensaba."
"Si hubiera sido fuerte y audaz como otros chicos."
"Si me hubiera criado en otra familia."
"Si mis padres no hubieran sido severos o críticos."
"Si mis padres me hubieran permitido aprender a ser independiente."
Si sentimos reacción emocional de ira, frustración, arrepentimiento, pena o vergüenza cuando surge un pensamiento si-hubiera, la reacción es real y para nosotros tiene sentido. El pensamiento si-hubiera constituye,, sin embargo, otra de las formas en que la persona crónicamente angustiada hace lo imposible por llegar a ser otro u otra.
¿Quién tiene la culpa?
Antes de analizar los temas referidos a nuestra libertad y nuestra responsabilidad, debemos considerar el tema de la responsabilidad paterna.
En esta sección indicaremos una alternativa saludable tanto para movilizar viejos resentimientos como optar entre estar enfadados con nuestros y ser deshonestos para con nosotros mismos.
En absolutamente posible sentir amor y gratitud hacia nuestros padres y al mismo tiempo hablar objetiva -e incluso crudamente- sobre sus deficiencias.
También es muy natural que, al recordar situaciones penosas, surjan sentimientos de displacer y de rabia. Al mismo tiempo, la tentación de culpar a nuestros padres (o a quienes primero nos cuidaron) de ser exigentes, críticos o sobreprotectores es un camino que nos impide acceder a la libertad y hacernos responsables de quiénes somos en el aquí y ahora.
Podemos culpar a muchas personas de nuestros miedos, pero en lo profundo de nosotros mismos sabemos que solamente una persona puede vencerlos.
Es verdad que si nuestros padres hubieran vivido relajados, si no hubieran tenido prejuicios, si no hubieran sido alcohólicos, si no se hubieran preocupado por el dinero o no hubieran estado concentrados en sí mismos, tal vez no estaríamos ahora presos en la trampa de la angustia y la preocupación. Pero hay una verdad mas importante que ésta: nuestra angustia actual deriva de la manera en la que vemos el mundo en este momento. Aferramos al comportamiento de nuestros padres hace veinte, treinta, cuarenta o más años y culparlos -o, para el caso, encubrir sus deficiencias- significa permanecer en la trampa. En cierto sentido, la trampa consiste precisamente en aferrarse al pasado.
En lugar de culpar o disculpar a nuestros padres, lo que necesitamos es tener una idea más clara de por qué percibimos al mundo y a nosotros mismos como lo hacemos. Naturalmente, no es tan fácil cambiar la forma de ver el mundo, pero hacerlo significa hallar la salida de la trampa.
Además del tema de culpar a nuestros padres, debemos considerar el de culparnos a nosotros mismos. La culpa, el ridículo y el desprecio por uno mismo son conductas autodestructivas.
Si bien la culpa que podemos sentir en cuanto a esta perdida de tiempo es un sentimiento honesto y real, no nos exige perder más tiempo y oportunidades entrando en autorreproches. Tenemos una opción para responder a esa culpa. Podemos optar por usarla como catalizador para que nos instale en el camino de la recuperación.
Nuestra idea del proceso de recuperación
Cuando la crisálida se abre bajo la luz del sol, es posible que la mariposa que está adentro tenga un ataque de angustia. La tarea de la mariposa no es volver a deslizarse hacia el interior. Su tarea es crecer, desplegar sus alas y volar. La tarea de alguien que ha tenido un ataque de angustia no es luchar para recuperar algo sino más bien liberar y desplegar sus capacidades latentes para ser más consciente, honesto, generoso consigo mismo y compasivo, y para ver la vida no como una trampa sino como una aventura.
La temas clave: libertad y responsabilidad
Nuestro sentimiento respecto de nosotros mismos en este mundo depende totalmente del apoyo que nos damos para ser y hacer.
William James, The principies of Psychology.
Cuando estamos angustiados, experimentados la verdad. Pero cuando estamos angustiados por estar angustiados, estamos enfermos y limitamos innecesariamente nuestro potencial para gozar de la vida, y no experimentamos la verdad.
Peter Koestenbaum, The New Image of the Person.
El miedo a la libertad
Como ya vimos, la agorafobia y demás son formas de miedo autodestructivo son una consecuencia natural del miedo a nuestra propia libertad de existir como seres únicos o personas independientes. Una mujer que sufría de agorafobia escribió: "Lo que más miedo me da es estar desnuda frente a mi propia libertad". Otra persona dijo: "La mayoría de la gente teme morir. Los agorafóbicos temen vivir".
La inmensa timidez que muchos de nosotros experimentamos de chicos o durante la adolescencia es un ejemplo puro de cómo se siente la ausencia de libertad.
Entonces tratamos de aplacar nuestras ansias y aversiones, nos colocamos una máscara de amabilidad perpetua y exagerada madurez. Es un circulo vicioso, la angustia lleva a la vergüenza y la persona crónicamente angustiada rata con todas sus fuerzas de ocultar el problema detrás de la máscara.
Intentaremos mostrar que es posible salir de esa trampa angustia y miedo. No importa si todo fue negro en el pasado lejano -o hace dos semanas, o incluso hace cinco minutos-, lo importante es que siempre hay un lugar seguro al cual podemos llegar en el momento presente si estamos lo suficientemente tranquilos y alertas como para verlo. Pero primero debemos examinar el sentido distorsionado de la responsabilidad de la persona angustiada, que constituye una traba importante para el estado de relajación y atención en que prospera la libertad.
Un sentido errado dela responsabilidad
Los angustiados crónicos tienen un sentido exagerado de la responsabilidad del que puede llegar a paralizarlos por culpa, preocupación y la inquietud por los posibles resultados de sus sentimientos expresados o de sus actos. Por ejemplo, suelen empezar a preocuparse de pronto por lo que alguien puede llegar a interpretar en una carta que acaban de despachar.
En cierto sentido, los angustiados crónicos parecen ser extremadamente responsables en sus esfuerzos a veces obsesivos por evitar dañar o molestar a otra gente, pero no se trata enteramente de una responsabilidad verdadera. A menudo es más el temor a la desaprobación, el rechazo y el abandono emocional que la preocupación por el bien o el mal que pudieran hacer.
Las personas angustiadas confunden preocupación excesiva con responsabilidad. Les gusta pensar que su problema es que son "demasiado responsables" o "demasiado conscientes".
¿Existe la libertad?
La fuente inmediata de libertad es, naturalmente, nuestra conciencia humana. Consiste en poder elegir deliberadamente, en el momento presente, si o cómo respondemos a un hecho, elegir entre posibles interpretaciones de hechos, y elegir entre posibles cursos de acción o no-acción.
La libertad (y el dominio) reside finalmente en la conciencia, por medio de la cual podemos imprimir decisión y claridad en nuestras acciones sin manipulación coercitiva de ideas y hechos, de nuestra propia persona o de otras.
Obviamente, no actuamos como seres humanos libres cuando nos sentimos obligados a evaluar y categorizar rápidamente cada pensamiento que surge, en un esfuerzo por evitar el peligro, por mantener todo bajo control.
En nuestra experiencia cotidiana, buscaremos preguntas amenazas para nuestra supervivencia con una lente de aumento llamada pensamiento "o-o". Trataremos de ver amenazas en el futuro con un telescopio potente llamado pensamiento "y-si" Cuando nos veamos forzados por las circunstancias a actuar o elegir, lo haremos únicamente después de habernos puesto nuestras gafas de sol "tengo-que". Cuando nos cansemos de pelear con las amenazas que podemos encontrar, en gran medida imaginarias, tal vez tratemos de vernos a nosotros mismos y a nuestra situación en el espejo distorsionante del pensamiento "si-hubiera".
Está de más decir que cuando nuestra mente está llena de estos espejos y lentes distorsionantes, rara vez encontraremos tiempo para detenernos a admirar el paisaje con nuestros ojos. Estamos demasiado ocupados buscando amenazas (al alcance de la mano o en el horizonte) o tratando de encontrar a alguien o algo responsable de nuestra angustia y nuestro sufrimiento crónicos.
Pensamiento "o-o"
La idea que tenemos que estar siempre alertas para evitar que nuestra estructura emocional se derrumbe nos lleva a un error lógico que puede invadir nuestro pensamiento. Este error harto conocido es llamado falacia blanco-o-negro o pensamiento o-o. Por ejemplo:
"¿Mi trabajo es excelente o terriblemente malo?"
"¿Soy una perfecta ama de casa o una inútil total?"
"¿Gano o pierdo?"
"¿Mi día transcurre sin angustias o es otro día espantoso?"
"¿Estás de acuerdo conmigo o estás enojado?"
"¿Mi idea es buena o mala?"
La mente o-o requiere una perfección irreal e inhumana. Lo que realmente pregunta es: "¿Estoy a salvo o esto es una amenaza?". La mínima desviación de la perfección -el mínimo indicio de desinterés, desaprobación o enojo por parte de la otra persona- puede ser interpretada como una señal de peligro.
Es fácil ver que la mente o-o tiende a ver a los demás como fuentes de apoyo emocional o como enemigos y deja muy poco espacio a los puntos de vista ajenos. La mente o-o crea un enfoque del tipo ganar-perder que se aplica a las relaciones interpersonales. Por ejemplo, no contempla la posibilidad de que en una negociación ambas partes ganen o que podamos disfrutar trabajando con compañeros, aun cuando no sean amigos personales.
El pensamiento y-si
El negativismo, el pesimismo y la preocupación son los signos distintos del pensamiento hipotético y-si:
"¿Y si el empleado de la compañía de teléfonos se pone sarcástico conmigo cuando llamo para quejarme de mi factura este mes?"
"¿Y si al coche se le pincha una rueda estando en medio de las montañas?"
"¿Y si la abuela le dice al vecino que suba a la terraza a arreglar la antena del televisor y él se cae?"
"¿Y si me da por echarme a llorar en la reunión?"
Ninguno de estos pensamientos tiene inherentemente nada de bueno o malo. Son simplemente ideas que pueden ocurrírsele a cualquiera. Por otra parte, la persona angustiada no está atenta a la diferencia entre pensamientos y hechos. Reacciona ante esas ideas como si fueran en sí mismas hechos perjudiciales, o por lo menos como si representaran un peligro y un daño casi inevitable.
Para la mente angustiada, atrapada en el pensamiento y-si, cualquier propuesta parece más una oportunidad para perder o fracasar que para avanzar.
Quienes sufren de agorafobia tienen miedo, indefectiblemente, de comportarse de manera tal que resulten humillados o desubicados si viven un episodio de repentina angustia aguda en un lugar publico.
Éste es uno de los miedos que surge de su fuerte tendencia a dejarse llevar por el pensamiento y-si.
Pensamiento tengo-que
En lugar de ver las decisiones como oportunidades de ejercer la libertad, las personas angustiadas las ven como trampas. Pueden llegar, por ejemplo, a concretar la compra de una casa o de un coche sólo cuando se sienten presa de las circunstancias ("Tengo que comprar un coche para ir a trabajar").
El pensamiento tengo-que es una expresión dela necesidad del yo idealizado de obedecer a los deseos o satisfacer las expectativas de los demás:
"Tengo que ir a la universidad porque mi padre así lo quiere."
"Tengo que ir de camping porque mi marido quiere."
"Tengo que quedarme en el restaurante porque ya pedí un sándwich."
"Tengo que aceptar el empleo nuevo porque pagan mejor."
"Tengo que terminar de leer este capítulo antes de leer el capítulo siguiente."
El pensamiento tengo-que nos aparta de la realidad de nuestra libertad y responsabilidad. Coloca el control sobre nuestras vidas fuera de nosotros mismos y crea una fuente constante de frustración y resentimiento.
Pensamiento si-hubiera
Al tratar de remontarnos en el tiempo, la frase arrepentida "si-hubiera" adquiere el lugar de la frase angustiada y-si, aplicada al futuro:
"Si no hubiera sido tan tímido y cohibido."
"Si hubiera podido mirarlos directamente a los ojos y decirles lo que pensaba."
"Si hubiera sido fuerte y audaz como otros chicos."
"Si me hubiera criado en otra familia."
"Si mis padres no hubieran sido severos o críticos."
"Si mis padres me hubieran permitido aprender a ser independiente."
Si sentimos reacción emocional de ira, frustración, arrepentimiento, pena o vergüenza cuando surge un pensamiento si-hubiera, la reacción es real y para nosotros tiene sentido. El pensamiento si-hubiera constituye,, sin embargo, otra de las formas en que la persona crónicamente angustiada hace lo imposible por llegar a ser otro u otra.
¿Quién tiene la culpa?
Antes de analizar los temas referidos a nuestra libertad y nuestra responsabilidad, debemos considerar el tema de la responsabilidad paterna.
En esta sección indicaremos una alternativa saludable tanto para movilizar viejos resentimientos como optar entre estar enfadados con nuestros y ser deshonestos para con nosotros mismos.
En absolutamente posible sentir amor y gratitud hacia nuestros padres y al mismo tiempo hablar objetiva -e incluso crudamente- sobre sus deficiencias.
También es muy natural que, al recordar situaciones penosas, surjan sentimientos de displacer y de rabia. Al mismo tiempo, la tentación de culpar a nuestros padres (o a quienes primero nos cuidaron) de ser exigentes, críticos o sobreprotectores es un camino que nos impide acceder a la libertad y hacernos responsables de quiénes somos en el aquí y ahora.
Podemos culpar a muchas personas de nuestros miedos, pero en lo profundo de nosotros mismos sabemos que solamente una persona puede vencerlos.
Es verdad que si nuestros padres hubieran vivido relajados, si no hubieran tenido prejuicios, si no hubieran sido alcohólicos, si no se hubieran preocupado por el dinero o no hubieran estado concentrados en sí mismos, tal vez no estaríamos ahora presos en la trampa de la angustia y la preocupación. Pero hay una verdad mas importante que ésta: nuestra angustia actual deriva de la manera en la que vemos el mundo en este momento. Aferramos al comportamiento de nuestros padres hace veinte, treinta, cuarenta o más años y culparlos -o, para el caso, encubrir sus deficiencias- significa permanecer en la trampa. En cierto sentido, la trampa consiste precisamente en aferrarse al pasado.
En lugar de culpar o disculpar a nuestros padres, lo que necesitamos es tener una idea más clara de por qué percibimos al mundo y a nosotros mismos como lo hacemos. Naturalmente, no es tan fácil cambiar la forma de ver el mundo, pero hacerlo significa hallar la salida de la trampa.
Además del tema de culpar a nuestros padres, debemos considerar el de culparnos a nosotros mismos. La culpa, el ridículo y el desprecio por uno mismo son conductas autodestructivas.
Si bien la culpa que podemos sentir en cuanto a esta perdida de tiempo es un sentimiento honesto y real, no nos exige perder más tiempo y oportunidades entrando en autorreproches. Tenemos una opción para responder a esa culpa. Podemos optar por usarla como catalizador para que nos instale en el camino de la recuperación.
Nuestra idea del proceso de recuperación
Cuando la crisálida se abre bajo la luz del sol, es posible que la mariposa que está adentro tenga un ataque de angustia. La tarea de la mariposa no es volver a deslizarse hacia el interior. Su tarea es crecer, desplegar sus alas y volar. La tarea de alguien que ha tenido un ataque de angustia no es luchar para recuperar algo sino más bien liberar y desplegar sus capacidades latentes para ser más consciente, honesto, generoso consigo mismo y compasivo, y para ver la vida no como una trampa sino como una aventura.
La temas clave: libertad y responsabilidad
Nuestro sentimiento respecto de nosotros mismos en este mundo depende totalmente del apoyo que nos damos para ser y hacer.
William James, The principies of Psychology.
Cuando estamos angustiados, experimentados la verdad. Pero cuando estamos angustiados por estar angustiados, estamos enfermos y limitamos innecesariamente nuestro potencial para gozar de la vida, y no experimentamos la verdad.
Peter Koestenbaum, The New Image of the Person.
El miedo a la libertad
Como ya vimos, la agorafobia y demás son formas de miedo autodestructivo son una consecuencia natural del miedo a nuestra propia libertad de existir como seres únicos o personas independientes. Una mujer que sufría de agorafobia escribió: "Lo que más miedo me da es estar desnuda frente a mi propia libertad". Otra persona dijo: "La mayoría de la gente teme morir. Los agorafóbicos temen vivir".
La inmensa timidez que muchos de nosotros experimentamos de chicos o durante la adolescencia es un ejemplo puro de cómo se siente la ausencia de libertad.
Entonces tratamos de aplacar nuestras ansias y aversiones, nos colocamos una máscara de amabilidad perpetua y exagerada madurez. Es un circulo vicioso, la angustia lleva a la vergüenza y la persona crónicamente angustiada rata con todas sus fuerzas de ocultar el problema detrás de la máscara.
Intentaremos mostrar que es posible salir de esa trampa angustia y miedo. No importa si todo fue negro en el pasado lejano -o hace dos semanas, o incluso hace cinco minutos-, lo importante es que siempre hay un lugar seguro al cual podemos llegar en el momento presente si estamos lo suficientemente tranquilos y alertas como para verlo. Pero primero debemos examinar el sentido distorsionado de la responsabilidad de la persona angustiada, que constituye una traba importante para el estado de relajación y atención en que prospera la libertad.
Un sentido errado dela responsabilidad
Los angustiados crónicos tienen un sentido exagerado de la responsabilidad del que puede llegar a paralizarlos por culpa, preocupación y la inquietud por los posibles resultados de sus sentimientos expresados o de sus actos. Por ejemplo, suelen empezar a preocuparse de pronto por lo que alguien puede llegar a interpretar en una carta que acaban de despachar.
En cierto sentido, los angustiados crónicos parecen ser extremadamente responsables en sus esfuerzos a veces obsesivos por evitar dañar o molestar a otra gente, pero no se trata enteramente de una responsabilidad verdadera. A menudo es más el temor a la desaprobación, el rechazo y el abandono emocional que la preocupación por el bien o el mal que pudieran hacer.
Las personas angustiadas confunden preocupación excesiva con responsabilidad. Les gusta pensar que su problema es que son "demasiado responsables" o "demasiado conscientes".
¿Existe la libertad?
La fuente inmediata de libertad es, naturalmente, nuestra conciencia humana. Consiste en poder elegir deliberadamente, en el momento presente, si o cómo respondemos a un hecho, elegir entre posibles interpretaciones de hechos, y elegir entre posibles cursos de acción o no-acción.
La libertad (y el dominio) reside finalmente en la conciencia, por medio de la cual podemos imprimir decisión y claridad en nuestras acciones sin manipulación coercitiva de ideas y hechos, de nuestra propia persona o de otras.
Obviamente, no actuamos como seres humanos libres cuando nos sentimos obligados a evaluar y categorizar rápidamente cada pensamiento que surge, en un esfuerzo por evitar el peligro, por mantener todo bajo control.
sábado, 28 de julio de 2012
La ansiedad -Parte 3- Las formas de la angustia
Normalmente, las personas se sienten muy perturbadas cuando, sin razón lógica, tienen repentinamente mareos, las manos o los pies fríos, las piernas flojas, la boca seca, un ritmo cardíaco rápido o pesado, hormigueo en la piel, dificultad para respirar, o cualquiera de una larga lista de otras sensaciones físicas alarmantes. Estas experiencias se producen típicamente en situaciones cotidianas, como ir a hacer compras, conducir, cruzar puentes, caminar por una calle abarrotada, ir a restaurantes y asistir a presentaciones públicas. El pánico no nos ataca realmente, sino que constituye una reacción defensiva alterada a algo percibido como un ataque grave que amenaza nuestra vida. Los síntomas particulares que sentimos no son de ninguna manera el centro del problema. El interrogante que se nos plantea en realidad, después de una experiencia como ésta, no es por qué temblamos, por qué tenemos los pues fríos, diarrea o el pulso acelerado, sino por qué estamos actuando como si estuviéramos seriamente amenazados, cuando no encontramos ninguna causa de peligro en nuestro entorno inmediato.
Fobias
Una fobia es un miedo irracional ligado a un objeto o situación. La persona que se siente atemorizada y puede encontrar como causantes de dicho miedo una situación y objeto definidos -por lógicos que sean- es en cierto sentido afortunada. La presencia de esta situación o este objeto hace que nuestro miedo resulte incomprensible, le pone un límite, y vincula claramente la experiencia a la sensibilizacion que deriva de un episodio de conmoción emocional en el pasado.
Otros medios destructivos
Cada vez que nos cuesta tomar una decisión simple o reprimimos hacer algo que realmente queremos o necesitamos hacer porque tenemos miedo, nos estamos moviendo en el área de los miedos autodestructivos. En cierto sentido, la persona que, por ejemplo, se siente incapaz de tomar el teléfono para hacer una llamada debido a su angustia está, al menos por un momento, en la trampa de la agorafobia.
Preocupación crónica
Tal y como hemos dicho anteriormente, podemos sensibilizarnos a nuestros propios pensamientos. Los modelos obsesivos de pensamiento pueden derivar de un círculo vicioso de sensibilización, dolor o sensibilización al tratar de evadir pensamientos dolorosos.
Agorafobia
Durante muchas décadas, se definió a la agorafobia como el miedo patológico a los lugares públicos y a los espacios abiertos, dado que los episodios iniciales a menudo aparecen en sitios así. Pero ocurre que quienes sufren de agorafobia no sólo tienen miedo en ciertos lugares públicos y espacios abiertos, sino que a menudo se sienten atemorizados a lugares privados, como casas ajenas, y espacios cerrados, como ascensores. Los sitios y situaciones en los que tienen a sentir miedo son aquellos en los que se consideran atrapados y privados de acceso a un apoyo emocional. Es por ese motivo por lo que generalmente no tienen miedo a lugares familiares, como la casa. De hecho, en los casos extremos, los límites territoriales de la agorafobia pueden volverse tan marcados que quien la padece llega incluso a no poner los pies fuera de su casa, o ni siquiera fuera de una habitación en especial.
En un estudio, John Bowlby, especialista en desarrollo infantil, sugiere que la agorafobia no es una fobia verdadera, en el sentido de que no es exactamente un miedo a algo específico e identificable (como perros, víboras, lugares altos o escaleras mecánicas), sino el miedo a la ausencia o pérdida de una figura efectiva (madre, padre, marido, esposa, hijo... cualquier persona de cual se dependa en lo que respecta a protección emocional). La mayoría de los expertos coinciden en que la agorafobia está al menos ligada al miedo a sitios o situaciones particulares que a la anticipación angustiada de que el miedo que experimentaron inexplicablemente en el pasado volverá a producirse y que pueden (ante la falta de apoyo emocional) perder el control de sí mismos y dañarse, humillarse o quedar expuestos. No resulta fácil enfrentar este tipo de problemas; de hecho, hacerlo resulta penoso y molesto. No obstante, la única forma de lograr controlarlos es informándose y enfrentándolos con honestidad y realismo.
La tendencia de los agorafóbicos a esconder su problema se ve intensificada por profesionales de la salud que no logran captar la tremenda gravedad subjetiva de los ataques de angustia más graves que les cuentan sus pacientes y, entonces, tienden a minimizar o trivializar el problema. En el estilo de vida adoptado por un agorafóbico que enfrenta este problema es donde se ve con claridad la naturaleza y el significado del miedo ilógico.
Si usted tiene agorafobia y su mundo ha ido restringiéndose de todos lados por miedos ilógicos, no olvide el antiguo proverbio chino: "El sufrimiento es un favor divino disfrazado". Quienes se recuperan de la agorafobia no sólo vencen los síntomas; emergen de un proceso de crecimiento y desarrollo personal con más energía, concentración, relajación y goce en sus vidas de los tenidos hasta ese momento. Sienten que han realizado un gran viaje, que han resuelto un gran acertijo y que han alcanzado un nuevo nivel de madurez y sabiduría.
En 1983 y 1984 se hizo una encuesta a 186 personas con síntomas de agorafobia. Les preguntaban hasta qué punto estaban de acuerdo con una serie con una serie de afirmaciones autodescriptivas. La siguiente tabla muestra los resultados para las 12 afirmaciones que alcanzaron un porcentaje más alto.
* Una mejor afirmación para la encuesta habría sido: "A menudo sacrifico mis propios sentimientos para evitar herir los sentimientos de los demás".
La necesidad de quedar bien ante los ojos de otras personas naturalmente trae problemas. Ser una persona educada, considerada o agradable no tiene nada de malo. En cambio, sí está muy mal luchar para ser alguien que no somos. En primer lugar, es imposible. En segundo lugar, el esfuerzo nos hace desdichados. Uno nunca puede ser lo bastante bueno como para satisfacer las inseguridades y las limitaciones de los padres. Siempre estaremos corriendo para ponernos al día. Siempre pensaremos: "Podré sentirme relajado y feliz cuando todo sea perfecto, pero no puedo sentirme relajado y feliz ahora".
Los resultados nos permiten inferir que las personas agorafóbicas provienen de familias donde conviven la intolerancia a la crítica con una sobreprotección angustiosa.
La crisis
Cuando les pidieron a esas personas agorafóbicas que indicaran el tipo de problemas referidos a sus padres que recordaban en la infancia, obtuvimos los resultados que aparecen en las siguientes tablas.
"Mi mujer me dejó. Un excelente amigo se mató en un accidente de coche."
"De repente me vi frente a una serie de responsabilidades para las cuales me sentía preparado, pero no era así."
"Varias veces estuve a punto de morir a causa de alergias a medicamentos. Me asusta lo irrevocable, el dolor físico y el sufrimiento relacionados con la vida y la muerte."
Los recursos del cuerpo se ponen tensos ante hechos como éstos, el nivel de peligro recibido puede bajar cada vez más. La honestidad para con nosotros mismos, la alegría, la relajación y los buenos hábitos de cuidado personal (nutrición óptima y ejercicio) pueden empezar a desaparecer de nuestras vidas. Aunque todo el resto permanezca igual, el agorafóbico tenderá a sentir un estrés psicológico cada vez mayor. Él o ella se sentirán cada vez más amenazados por las acciones de otras personas y por los acontecimientos.
En estas condiciones las personas se vuelven muy propensas a tener un ataque de angustia en cualquier ocasión ya que se ven forzadas por las circunstancias a mirar de frente la situación de su vida y sus sentimientos.
Claire Weeks, una médica que se especializa en el tratamiento de la agorafobia, indica que en los ataques de angustia pueden surgir de la siguiente manera: "En una persona sensibilizada, la conexión entre un pensamiento apenas levemente angustiado y el pánico intenso puede ser tan estrecha que su víctima tal vez no sea consciente del pensamiento y crea que el pánico sobrevino repentinamente".
El miedo que parece injustificado hace tambalear este inestable equilibrio. En primer lugar, la persona trata inmediatamente de volver a su casa, la oficina u otros ambientes familiares y ponerse en contacto con su marido, su mujer, la madre u otra persona familiar significativa, respondiendo así a la vieja convicción de la propia insuficiencia y dependencia. En el segundo lugar, surge el pensamiento: "Si pasó una vez, puede volver a pasar".
Después de una experiencia de este tipo, piensan como una mujer dijo: "Todo mi mundo cambió. Me da miedo vivir."
Una vez que la persona ha experimentado varios de estos episodios de angustia aguda, puede enumerar muchos objetos o situaciones a los que está ligado su miedo. No obstante, se da cuenta de que el miedo es provocado más por su angustia interna que por amenazas reales en el mundo exterior. Es consciente de que en realidad es mayor el miedo a tener miedo y a verse abrumada por su propio miedo en supermercados o en puentes, por ejemplo, que el miedo a los supermercados o a los puentes en sí.
jueves, 26 de julio de 2012
La ansiedad -Parte 2- (sigamos conociéndonos)
1. La bioquímica de la angustia
Algunos investigadores médicos aún siguen buscando pruebas de si los ataques de angustia son causados directamente por una anormalidad o un rasgo genético. Gran parte de la discusión referida a la posible existencia de un problema genético se centra en el papel que desempeñan niveles extraordinariamente altos de lactatos de la sangre en la produción de sensaciones físicas como mareos, agitación, embotamiento y hormigueo en la piel.
El lactato es un derivado normal de la conversión del azúcar glucógeno en energía que realizan las células musculares. Cuanto más trabajan nuestros músculos, más lactato descargan en el torrente sanguíneo.
Algunos investigadores médicos aún siguen buscando pruebas de si los ataques de angustia son causados directamente por una anormalidad o un rasgo genético. Gran parte de la discusión referida a la posible existencia de un problema genético se centra en el papel que desempeñan niveles extraordinariamente altos de lactatos de la sangre en la produción de sensaciones físicas como mareos, agitación, embotamiento y hormigueo en la piel.
El lactato es un derivado normal de la conversión del azúcar glucógeno en energía que realizan las células musculares. Cuanto más trabajan nuestros músculos, más lactato descargan en el torrente sanguíneo.
Se piensa que una cantidad muy grande de lactato en la sangre aumenta la reactividad nerviosa al unirse con moléculas de calcio, perturbando así el funcionamiento normal del calcio en la transmisión de impulsos nerviosos de una fibra nerviosa a otra en el sistema nervioso central.
¿Sabías que el doctor Ferris N. Pitts descrubió que las inyecciones de lactato en el torrente sanguíneo producían parestesia?. Parestesia es un embotamiento y hormigueo de la piel que es normalmente causado por un bajo nivel de calcio en los tejidos. Este doctor hizo una investigación en 1969, en el que sometió a 24 individuos considerados a infusiones intravenosa de lactato. Ésto hizo que a las víctimas de esta enfermedad les provocara accesos de pánico iguales a sus síntomas originales. La lactato puede generar este estado producida en el cuerpo de todos como respuesta al ejercicio.
Las personas ansiosas tienden típicamente a contener el aire durante unos segundos o a acelerar la respiración, hiperventilar, cuando están sobresaltadas. Estos hábitos alteran el ritmo natural de la respiración, y si son lo suficientemente fuertes, afectan a la capacidad del cuerpo para mantener niveles óptimos de oxígeno y dióxido de carbono en la sangre.
La postura equilibrada y relajada y la respiración abdominal rítmica que caracterizan a la meditación:
1) Pueden reducir el nivel de lactato en la sangre, disminuyendo la tensión muscular general.
2) Pueden contribuir a mantener niveles óptimos de oxígeno y dióxido de carbono en la sangre, haciendo desaparecer la respiración espasmódica y arrítmica.
El estrés psicológico aparece en toda situación en la que nos vemos sometidos a nosotros mismos en peligro de perder nuestra libertad y encaminados hacia el desamparo.
2. El umbral de peligro subjetivo
- Sensibilización.
En el campo de la psicología, "sensibilización" significa volverse reactivo a un objeto o situación gracias a la acción del aprendizaje condicionado. Es el proceso que baja nuestro umbral de peligro con relación a estímulos específicos, en presencia de los cuales nos hemos sentido amenazados o incapaces de defendernos.
No solo podemos sensibilizarnos a pensamientos sino a las sensaciones corporales producidas por reacciones de emergencia. Este proceso aparece con especial nitidez en la agorafobia, donde el miedo a tener un ataque de angustia en público pasa a ser el principal elemento de una preocupación existente y a veces obsesiva.
Lo opuesto a la sensibilidad es lo que se denomina "extinción". Al igual que la sensibilización, puede sobrevenir en la vida cotidiana. A esto explica por qué las reacciones fóbicas a veces se debilitan durante un período, en la medida en la que las personas simplemente se acostumbran a los estímulos anteriormente temidos.
La ansiedad -Parte 1- (introdución)
¡Hola a todos! He pensado que voy a ir escribiendo párrafos de algunos libros que me leo sobre psicología, para así poder ayudar a la gente que lo necesite leer y no tiene dinero para comprarlo. Aún así, los libros parecen algo viejos, así pues tampoco aseguro que puedan seguir en el mercado. De momento esto solo será una pequeña introducción, después iré poniendo más cosas. Muchas gracias quien se tome un ratito para leerlo y espero que os guste.
"Creí que me moría."
"Me sentí como irreal."
"Me sentí perdido."
"Sentí como que estaba perdiendo el juicio."
"Tuve miedo a perder el control."
"Creí que me iba a dar un ataque al corazón."
Quienes intentan describir las intensas reacciones emocionales que a veces caracterizan a un episodio repentino y misterioso de angustia aguda a menudo hacen este tipo de afirmaciones extremas.
Los ataques de angustia son manifestaciones de estrés psicológico y constituyen, por ende, señales de advertencia que indican una necesidad de reducir las causas tanto internas como externas de dicho estrés.
La dimensión física
Perturbación fisiológica
Las personas que dicen que la "angustia es algo mental" no son simplemente demasiado observadoras. Cualquiera que haya experimentado una angustia fuerte sabe que ésta puede involucrar virtualmente a todo el cuerpo. Las que aparecen a continuación son algunas de las sensaciones físicas potenciales que pueden traducir una angustia profunda en determinadas personas y en ciertos momentos:
Sensaciones de pinchazos u hormigueos en la piel.
Un movimiento de sacudida o sobresalto.
Un escalofrío en la superficie de la piel.
Falta de aire.
Mareo, vértigo o inestabilidad.
Manos y pies fríos.
Temblores, escalofríos o vibraciones.
Dolor o malestar en el pecho.
Sensaciones de asfixia o sofocación.
Transpiración.
Malestar estomacal o diarrea.
Debilidad en las piernas.
En el libro "The Psycology of Fear ans Stress" el psicólogo Jeffrey Gray explica la "reacción de emergencia", descrita detalladamente por primera vez por el médico Walter B. Cannon: "La reacción de emergencia, tal como la describió Cannon, se produce cuando el sistema nervioso simpático actúa en conjunción con las hormonas segregadas por la médula adrenal (conocidas como "adrenalina"). Cannon consideraba que la reacción de emergencia desempeña un papel fundamental en lo que se refiere a protegernos de posibles perfuicios:
Su función es movilizar los recursos del cuerpo para realizar la acción de cambio -"lucha o fuga"- que puede hacer falta. Se produce un aumento en el ritmo y la fuerza de los latidos del corazón, lo que permite que el oxígeno sea bombeado más rápido; con una contracción del bazo, que libera glóbulos rojos para transportar dicho oxígeno; una liberación del azúcar almacenado en el hígado para uso de los músculos; una redistribución de la provisión de sangre desde la piel y las vísceras hacia los músculos y el cerebro; una profundicación de la respiración y dilatación de los bronquios para aspirar más oxígeno; una dilatación de las pupilas, quizás para mejorar la eficiencia visual; un aumento en la capacidad de la sangre para cicatrizar heridas por coagulación; y un incremento en la provisión de las células sanguíneas especoagulación; y un incremento en la provisión de las células sanguíneas especiales conocidas como "linfocitos", cuya función es contribuir a reparar tejidos dañados. Todo eso tiene lugar en cuestión de segundos o minutos.
Así podemos ver que los pies fríos, por ejemplo, no son un síntoma fatal, sino simplemente una consecuencia natural del movimiento de sangre desde la piel y los órganos viscerales hacia el cerebro y los músculos, donde puede hacer falta para ayudarnos a responder a la "emergencia" que enfrentamos.
miércoles, 11 de julio de 2012
Nueva etapa con decisiones duras.
Cuando siento que algo cambia, me aterra. No me gusta caer en la rutina pero menos me gusta salir de ella. Empiezo una etapa nueva más, en mi vida. Una etapa de otras muchas. Me siento atemorizada por las cosas que mi cuerpo no pueda soportar. Y también, por si no me siento tan cómoda como puedo creerlo. Y cuando la ansiedad y el miedo esta en todo el medio, algunas decisiones no son duras, son lo siguiente...
viernes, 15 de junio de 2012
Hay gente que piensa...
Hay gente que piensa que esto es como un coche. Lo llevas al taller y al
día siguiente funcionas como algo nuevo. Pero no es así. Yo necesito
estar constantemente en reparación. Quiero despertar y ser capaz de
elegir lo que quiero hacer ese día. La recuperación nunca termina. Una
carrera sí, pero la recuperación no. No creo que esto tenga una linea
final, yo creo que tienes que seguir incluso si estás cansado.
lunes, 11 de junio de 2012
martes, 5 de junio de 2012
Tengo un no se qué.
No hago más que escribir y borrar. Escribir y borrar... Siento un cocktail dentro de mi. Todo podría ser mejor. Añoro aún muchas cosas de mi vida normal. Aunque ya he asumido que ya no es normal, estoy en una etapa especial. Lo que más añoro es poder moverme como quisiera, poder ir a los sitios sin depender de ninguna persona. Hacer las cosas por mi, y no por alguien. Añoro ser útil. Si, útil. Poder sentirme mal o bien, sin importar los miedos. Hacer cosas nuevas, productivas. Añoro toda la comida. La buena relación con la comida, la añoro. Cada día son miles de luchas internas, yo contra yo misma, ¿quién ganará esta vez? Si, casi siempre gana ella. Añoro que la gente cuente conmigo, ¿estar enfermo significa no ser una buena persona?, ¿y un bicho raro? A nadie le gustan los bichos. Y quizás me siento como tal. Me han destruido muchas caras, me han sustituido en muchos lugares, y me han excuído de algunos circulos de amistad. No necesito amistades, he aprendido a vivir sin ellas. Pero a veces duele ver lo que uno no tiene, y el de al lado si.Añoro mi salud, ¿quizás estaba mejor antes?, ¿quizás no? Vivía en la plena ignorancia, tal vez eso era lo que me hacía estar mejor. Pero nunca he podido divisar el muro destruido de mi interior, por mucho que me parara a buscarlo. Hay algo quebrado en mi que aún no encuentro. Todo es difícil todavía. A lo mejor, cuando se trata solo de mi lo llevo más fácil, tengo más control. Pero cuando se trata de otra persona todo es horrible. Me siento en mi silla de siempre, mirando como las horas, semanas, años, verdades, también mentiras, veo gente pasar de un lado para otro, veo el mundo girar, si... El propio mundo girar, y aún así haber pasado horas, sigo en mi silla otro día más. ¿No me aburre ver como el mundo girar? Puede ser, pero mi cuerpo no reacciona. Gente que no tiene tiempo y yo lo desperdicio, como todo.
Y es que no me puedo permitir ese lujo de mirar hacia atrás, sabiendo sin certeza que voy a volver a mirar hacia adelante. Tengo que seguir mi línea. No puedo abandonar. Pero me hago tantas preguntas... ¿Algún día acabarán mis guerras? Quiero ser respetada en mi cabeza. De veras que quiero serlo. ¿Cuántas guerras hay que ganar para serlo? ¿Cuándo encontraré aquel hilo que está roto?, ¿tan diminuto es? Y es que me canso de rebuscar, siento que busco donde no hay. Siento que ese hilo nunca aparecerá, nunca podrá ser reparado. No sé porqué ese hilo se esconde tanto. No sé porqué me evita.
Y es que no me puedo permitir ese lujo de mirar hacia atrás, sabiendo sin certeza que voy a volver a mirar hacia adelante. Tengo que seguir mi línea. No puedo abandonar. Pero me hago tantas preguntas... ¿Algún día acabarán mis guerras? Quiero ser respetada en mi cabeza. De veras que quiero serlo. ¿Cuántas guerras hay que ganar para serlo? ¿Cuándo encontraré aquel hilo que está roto?, ¿tan diminuto es? Y es que me canso de rebuscar, siento que busco donde no hay. Siento que ese hilo nunca aparecerá, nunca podrá ser reparado. No sé porqué ese hilo se esconde tanto. No sé porqué me evita.
miércoles, 16 de mayo de 2012
Ojalá los sentimientos se pudieran abandonar.
Quizás hacía tiempo que no plasmaba mil y una sensaciones en un papel. De hecho, creí que todo iba mas normal de lo habitual. Creí que iba bien, que ya no explotaba tanto como antes. Que no necesitaba compartir mis lágrimas con un trozo de papel y un bolígrafo. Pero también creo que llegó ese momento.
Hoy pienso que tengo un sueño muy grande que cumplir. Que podría ser algo más simple de realizar. Pero a veces me doy cuenta, que cualquier cosa me sería difícil de cumplir, por muy pequeña que sea. Posiblemente no haya venido a este mundo para realizar sueños. Posiblemente esté aqui como cualquier rata en un frío labotario, con el fin de enseñar a algún humano lo que puede llegar a hacer la mente o la lógica. Cuando es ese mismo momento en el que la estudian, para averiguar cosas que aún no saben. En ocasiones siento lo mismo. Me veo metida en un laberinto diminuto, en el que desde arriba me vigila alguien y me pone obstáculos para ponerme a prueba. Solo soy una persona más que vivir haciendo prueba tras prueba. No soy esa persona soñadora que muere en paz habiendo cumplido sus sueños.
Creo verme detras de las cuerdas de esta guitarra, y no poder salir nunca más de ahí. Vivo como vivo, y no lo puedo avanzar. ¿Y esto qué es? ¿Otra maldita cárcel?
Mi cabeza inteligente yo creo que adora ese momento en el que estoy en medio de la gente, mientras me pregunto porque vivo encerrada de esta manera. Por qué razón me limito a pensar que mis pestañas son rejas que no me deja ver lo que quiero. Que mis manos y brazos estan atados a mi espalda, como si de un jersey reforzado se tratara, para no poder alcanzar lo que quiero coger. Que mis pies se queden perfectamente rectos en el suelo como si la suela de mi calzado estuviera anclada con clavos de hierro. Y no, quizás no me llega a rozar la piel. Sin embargo podría divisar un charco de sangre al rededor de mi, que nadie mira pero si esquiva.
Trato de dejarlo todo aquí, esta es mi basura plasmada en papel. Me encantaría poder dejarlo aquí y no venir a recogerlo nunca. Ojalá los sentimientos se pudieran abandonar como lo hacemos con los objetos de poco valor. O si fuera oro... Poderlo vender y hacerme rica, en recomensa por todo lo mal que se pasa. Ojalá en vez de existir ovejas negras o blancas, podrín ser todas grises.
Hoy me he levantado con el fin de superar todo lo que supero en mi día a día. No me he levantado pensando en que iba a encontrarme un bache. Sin embargo, aquí estoy. Metida en otro de mis agujeros negros. La persona que me hizo este camino se olvidó de quitar las piedras y las hierbas malas que molestan tanto, que me rasgan la piel de las piernas. Yo no tengo las herramientas adecuadas para esto.
Hoy pienso que tengo un sueño muy grande que cumplir. Que podría ser algo más simple de realizar. Pero a veces me doy cuenta, que cualquier cosa me sería difícil de cumplir, por muy pequeña que sea. Posiblemente no haya venido a este mundo para realizar sueños. Posiblemente esté aqui como cualquier rata en un frío labotario, con el fin de enseñar a algún humano lo que puede llegar a hacer la mente o la lógica. Cuando es ese mismo momento en el que la estudian, para averiguar cosas que aún no saben. En ocasiones siento lo mismo. Me veo metida en un laberinto diminuto, en el que desde arriba me vigila alguien y me pone obstáculos para ponerme a prueba. Solo soy una persona más que vivir haciendo prueba tras prueba. No soy esa persona soñadora que muere en paz habiendo cumplido sus sueños.
Creo verme detras de las cuerdas de esta guitarra, y no poder salir nunca más de ahí. Vivo como vivo, y no lo puedo avanzar. ¿Y esto qué es? ¿Otra maldita cárcel?
Mi cabeza inteligente yo creo que adora ese momento en el que estoy en medio de la gente, mientras me pregunto porque vivo encerrada de esta manera. Por qué razón me limito a pensar que mis pestañas son rejas que no me deja ver lo que quiero. Que mis manos y brazos estan atados a mi espalda, como si de un jersey reforzado se tratara, para no poder alcanzar lo que quiero coger. Que mis pies se queden perfectamente rectos en el suelo como si la suela de mi calzado estuviera anclada con clavos de hierro. Y no, quizás no me llega a rozar la piel. Sin embargo podría divisar un charco de sangre al rededor de mi, que nadie mira pero si esquiva.Trato de dejarlo todo aquí, esta es mi basura plasmada en papel. Me encantaría poder dejarlo aquí y no venir a recogerlo nunca. Ojalá los sentimientos se pudieran abandonar como lo hacemos con los objetos de poco valor. O si fuera oro... Poderlo vender y hacerme rica, en recomensa por todo lo mal que se pasa. Ojalá en vez de existir ovejas negras o blancas, podrín ser todas grises.
Hoy me he levantado con el fin de superar todo lo que supero en mi día a día. No me he levantado pensando en que iba a encontrarme un bache. Sin embargo, aquí estoy. Metida en otro de mis agujeros negros. La persona que me hizo este camino se olvidó de quitar las piedras y las hierbas malas que molestan tanto, que me rasgan la piel de las piernas. Yo no tengo las herramientas adecuadas para esto.
jueves, 12 de abril de 2012
Echo de menos...
Echo de menos aquel pueblo tan pequeño con mar y palmeras, con veranos calurosos y personas decentes. Echo de menos las cuatro calles estrechas, los días de aburrimiento y las sorpresas. Echo de menos los escalones de la plaza, las pintadas con permanentes y el techo del que nos resguardabamos de la lluvia. Echo de menos la tramontana que me hacía volar y no me dejaba ir al instituto por las mañanas. Echo de menos las campanas, con sus pilladas y castigos. Echo de menos la comida de la cantina, las mañanas frías con la cara aún con legañas. Pero no estoy echando de menos el recuerdo, porque no quiero recordarlo, quiero vivirlo. Las cosas se esfumaron de la noche a la mañana. Un día con la sonrisa en la cara y al siguiente llorando. Echo mucho de menos mi pasado. Echo mucho de menos a personas que jamás pensaría que me fuera a separar. Los tiempos cambian, pero los sentimientos no... Y algunas personas piensan que me he olviado de ellas..........
miércoles, 21 de marzo de 2012
Difícil. Complicado. Hasta imposible.
Cuando la salud está en medio, es difícil tomar decisiones.
Es complicado saber que es lo mejor para uno mismo si no se ve desde fuera.
Se hace imposible.
jueves, 8 de marzo de 2012
martes, 28 de febrero de 2012
miércoles, 15 de febrero de 2012
Más que una mujer valiente.
El otro día indagando en internet, vi una noticia que me conmovió lo suficiente, para creer en la fe de cada persona. Y me encantaría dedicar un pedacito del blog para una mujer tan fuerte como esta. Como ex agorafobica que he sido, he tenido momentos en los que he querido morirme de solo pensar en el odio y el pánico que tenia hacia la calle. He querido dormir y nunca despertar de aquella pesadilla en la que vivia día si y día también. Y de esas veces que me he sentado frente a la ventana con las manos echadas a la cabeza, pensando que detrás de las cortinas hay algo que no quiero ver, algo que me da un pánico increíble, algo que no me hace disfrutar sin embargo a muchas personas si, he llegado a preguntarmelo siguiente: ¿a quién en mi misma situación no le gustaría coger las maletas y salir por la puerta a algún lugar lejos? Viajar hasta morir, y si llega la ansiedad pues que llegara. Al menos ya estoy fuera de mi carcel. Al menos ya no puedo volver. Al menos quedan horas y kilómetros para volver... Pues como toda persona agorafóca, le encantaría leer una noticia así como la que voy a poner ahora. Y es que una mujer, ArLynn Presser, se está recorriendo carreteras, ciudades y países (vamos, el mundo entero se está comiendo), para poder enfrentarse a esta enfermedad tan dura. Espero que muchos lo puedan hacer, yo lo conseguiré. Viajar es mi siguiente propósito.
http://www.publimetro.cl/nota/teknik/mujer-visita-a-todos-sus-amigos-de-facebook-para-enfrentar-enfermedad/xIQlaz!JlUV1lEIvIpf2/
Espero que os guste. :)
¡Te admiro ArLynn Presser!
http://www.publimetro.cl/nota/teknik/mujer-visita-a-todos-sus-amigos-de-facebook-para-enfrentar-enfermedad/xIQlaz!JlUV1lEIvIpf2/
Espero que os guste. :)
¡Te admiro ArLynn Presser!
lunes, 30 de enero de 2012
Algo más que esto.
Espero ansiosa ese momento tan íntimo. El momento en que mis suaves dedos pueden acariciar aquellas cuerdas atractivas y elegantes que me invitan a poder soñar con una brisa auténtica y una armonía que llega hasta lo mas profundo de mi ser. Adoro el momento en el que puedo sorprenderme por la facilidad de cerrar los ojos, y abandonar mi puesto de "persona difícil y complicada" teniendo así el permiso de adentrarme en el bello sonido de la voz, de aquella simple caja de madera con forma de cuerpo de mujer. No pensé que fuera tan feliz tocando un dichoso instrumento. Pero por fin, poco a poco voy cogiendo piecita por piecita de cada cosa, lugar o persona, y ahora es cuando comienzo a armar mi puzzle que hace años se rompió sin quererlo.
También hay momentos, en los que no se pueden describir tanto como el anterior. Hay algunos sentimientos que no son ni dignos de palabras, sino de silencios musicales, para percibir.
viernes, 27 de enero de 2012
La música en mi vida.
Mi vida es como una nota musical. Es una corchea. Una negra siempre puede ir acompañada de todo un caballero. Poco a poco aumento la capacidad de mi pequeño saco de amor hacia la música. Y si me faltan cuerdas, me falta el aire.
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